Arroz basmati con verduras y gambas

Yo con el arroz es que soy muy facilona, me gusta de todas las maneras. Bueno, menos el arroz con leche... pero toda regla tiene su excepción, ¿no? ;) Quitando este pequeño detalle, el arroz me gusta en caliente y en frío, blanco e integral, en guisote y en ensalada, como plato central o como guarnición, seco y (sobre todo!!!!!) caldoso...  Y no seamos catetos, que además de nuestros magníficos arroces están los orientales, que son una delicia. Hace tiempo que me ha dado por investigar y trastear con ellos, y cada vez los consumo más. Lo que pasa es que nos sale la vena chovinista y solemos hacerlos como los nuestros, pero la cosa no es así, se trata de un producto distinto, que tiene su propia técnica, y si los cocemos a nuestra manera quedan bien pero pierden una buena parte de su punto al dente y, sobre todo, de su aromático sabor, osea, sus dos grandes propiedades. Yo uso bastante el arroz jazmín (ya os subiré alguna entrada con él) y el bastami, el rey de esta receta, que le dedico con mucho cariño a mi amiga Maite, forofa-perdida de cualquier arroz, incluido este.

Necesitamos gambas crudas peladas, pero ni se os ocurra tirar las cabezas, las carcasas y las patitas, por favor. Sofreídlas en un pelín de aceite, sin más, para que suelen todo su veneno, añadid un pellizco de sal y de pimienta negra recién molida y, sobre eso, echad agua y coced el asunto un rato, no mucho (un par de minutos, más o menos). Podéis colar sin más este invento, pero yo recomiendo lo que me descubrió mi tío Antonio, que además es mi padrino, mi amigo y mi compañero de cocina: metedle la batidora y trituradlo, luego lo coláis, y os queda un magnífico fondo con el que enriquecer desde un arroz hasta una sopa, pasando por lo que os dé la gana. Y si os sobra congeladlo, que da su avío.

Trocead en dados pequeños (brunoise) las verduras que os apetezcan, mientras más mejor; a mí para esta receta me gusta mucho usar ajo (imprescindible con el arroz, qué bien se llevan), pimiento verde y rojo (ídem), calabacín y zanahoria. ¡Y ya tenemos todo lo que nos hace falta! Sofreímos en un golpe fuerte de calor todas  estas verduras a la vez, pero sólo un poco, porque van a cocer y a terminarse de hacer, de manera que lo que estamos buscando es enseñarles un rato el aceite caliente, nada más. Cuando las veáis aún enteras y duritas pero prietas y bonitas (os pongo la foto del punto que a mí me gusta) es el momento de añadir el arroz basmati. Ojo, previamente hay que enjuagarlo a conciencia para quitarle el almidón, muchas veces, hasta que el agua quede transparentosa; también hay que tenerlo en remojo al menos media hora. ¿Por qué? Ni idea. Pero es lo que antes os decía de la manera de cocer este arroz, tiene su técnica, que es diferente a los nuestros. Y a cada uno lo suyo ¿no os parece? He probado a hacerlo de varias maneras y, al final, esta da muy buen resultado. Se incorpora el arroz (como digo previamente requete-enjuagado y remojado), se le dan unas vueltas con el aceite y las verduras aún al dente, y se añade el líquido. En este caso, como comprenderéis, lo que añadimos es el fondo de haber cocido (y triturado y colado, hacedme caso) las cabezas de las gambas.

IMPORTANTE (otro truquillo para cocer arroces orientales): echamos más o menos la misma  cantidad (no el doble!!!!) de líquido que de arroz y verduritas y, cuando empiece a hervir, lo bajamos a fuego medio-bajo (mejor bajo) y lo tapamos con una tapadera que cubra y cierre bien el asunto. Hay que dejarlo así, suave, sin destapar, unos 10 minutos, luego apagamos, añadimos las gambas peladas (si les dais una rápida y breve vuelta antes en aceite y ajo laminado, mejor), y dejamos reposar el asunto. Pasado ese tiempo lo removemos un poco para repartir el calor y el poco caldillo que queda, lo dejamos descansar un pelín más, y ya lo tenemos.

Esta es una manera sanísima y sencilla de tomar verdura y un tipo diferente de arroz que, además de exquisito (si se lo cocina como él requiere, claro), es muy bajo en índice glucémico, de manera que resulta muy recomendable por ejemplo para diabéticos. Sobre todo, a mi me gusta porque hecho así queda entero pero suelto, y conserva un aroma.... Espero que os animéis y nos contéis en el blog qué os parece y cómo se os ha ocurrido mejorarlo. Por ejemplo, seguro que con algún alga de las que nos recomiendan Rocío y José Manuel debe estar de lujo.