Otra receta inspirada en una delicia que ponen en el restaurante Azabache de Huelva aunque, como casi siempre, le he dado alguna que otra vuelta de tuerca ;) Para que este plato quede como debe es importante que los champiñones tengan buen tamaño y estén frescos, blancos, duritos y sin marcas ni cosas raras. También es importante limpiarlos bien, como ya he contado en otra entrada. También creo que es muy recomendable no usar las gambas esas peladas congeladas que venden por ahí, a mi me gusta comprar gambas arroceras en el mercado, secarlas un poco con papel de cocina y congelarlas dentro de una bolsa; así puedo disponer de parte de ellas cuando quiera, porque basta con sacar el mazacote del congelador y (evidentemente dentro de la bolsa) darle un par de buenos golpes contra la encimera o el suelo, así se separan y podemos coger las que necesitemos, volviendo a congelar el resto.
Pero dejémonos de consejos (que seguro que la mayoría ya sabréis) y vamos a la receta. Me gusta hacerla en dos tandas, para así conseguir que el champiñón se haga bien sin que se queme el relleno. Primero pongo los champis, limpios y secos, boca abajo, en un recipiente que aguante bien el calor y, sin nada más que un hilo de aceite de oliva, los meto en el horno precalentado a 180º y los dejo allí unos 10 minutos. Mientras pelo y pico unas gambas arroceras, y las mezclo con un poco de jamón serrano, unos dientes de ajo, y perejil fresco. Cuando han pasado los 10 minutos saco los champiñones del horno, les doy la vuelta, les pongo un toque de pimienta negra recién molida, un poco (muy poco, que la cosa lleva jamón serrano) de sal, los relleno generosamente con la mezcla anterior, les añado a cada uno un poco de vino blanco (hoy ha tocado manzanilla), y los tengo otros 10 minutos en el horno. Así quedan hechos pero blanditos, y el relleno también queda hecho pero no demasiado, si os gustan más churruscaditos (que también tienen su punto) o si son muy grandes, la cuestión es dejarlos unos minutos más.
Además de estar rica-rica, esta receta tiene la ventaja de que, en el mismo tiempo, puede hacerse para mucha gente utilizando la bandeja del horno llena de muchos champiñones, así que es una idea genial si tenéis que preparar algo sencillo pero resultón para muchas personas. Que aproveche!
Además de estar rica-rica, esta receta tiene la ventaja de que, en el mismo tiempo, puede hacerse para mucha gente utilizando la bandeja del horno llena de muchos champiñones, así que es una idea genial si tenéis que preparar algo sencillo pero resultón para muchas personas. Que aproveche!
Esta es la forma de hacer los champiñones de mi madre desde hace siglos, jajajajaja...Pero los devorabamos como locos.
ResponderEliminarBesos
No me extraña, porque salen riquísimos! Besos a los dos, y a ver si organizamos la "reunión" de blogueros de Huelva :)
ResponderEliminarAl leer el título en mi rss pensaba que iba a ser un revueltillo o algo así, pero al verlos me han encantando! lo que me da miedo de estas cosas es que te comes los champis como si fueran pipas y acabas comiendo de más :P
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