Lo he intentado, de verdad, pero no consigo que me gusten las croquetas que venden congeladas. Y me encantaría que me gustaran, porque hacerlas en casa se lleva un tiempecito y sería comodísimo comprarlas teniendo ciertas garantías de obtener un resultado no ya mejor, ni similar, simplemente rico. Pero no hay forma: donde se pongan unas buenas croquetas caseras... Otra cosa que me encanta es que se pueden hacer prácticamente de cualquier cosa, incluyendo sobras o restos de otro plato. Y como encima se congelan estupendamente, merece la pena tomarse el tiempo y darse el trabajo de hacer una buena tanda, que luego tienes a tu disposición solucionando el segundo plato de unas cuantas comidas.
Las protagonistas de esta entrada son unas croquetas de pescado blanco congelado (ponía merluza pero... no sé, no sé...) y gambas arroceras (estas sí eran de la plaza). El pescado ha estado 4 minutos en el microondas para semi-cocerse y así poder desmenuzarlo fácilmente con los dedos, y las gambas sencillamente las he pelado y troceado a cuchillo. En una cacerola bien hermosa he refrito, en una mezcla de aceite de oliva y mantequilla, cebolleta fresca y un diente de ajo, ambos picados muy finos. Cuando estaban he añadido harina de repostería y he hecho una roux, que en cuanto ha perdido el punto crudo se ha llevado un primer chorreón de leche, sal, nuez moscada, y el condumio de las croquetas: el pescado y las gambas. A ver, en este punto de la receta tengo que hacer algunas precisiones. Siempre leo y veo por ahí que lo propio es hacer las croquetas usando sólo mantequilla, pero a mí me gusta rebajarla con aceite de oliva y el resultado es muy bueno. También sé que lo más habitual es hacer primero la bechamel espesa (roux más leche hasta coseguir el punto deseado) y luego añadirle las especias y el motivo de las croquetas (carne, pescado, jamón...), pero a mí me parece que el resultado es mucho más sabroso si el orden es el inverso, el que os propongo aquí: en la roux, desde desde el principio, los tropezones, y hacer la bechamel con ellos, integrando los sabores. Otra manía: sé que quedan más finas si se mete la batidora a la masa, pero a mí me gusta encontrarme los trocitos de lo que sea :)
Se va añadiendo leche y removiendo, poco a poco, hasta conseguir el punto deseado: espesas como para poder trabajarlas luego, pero cremosas y suaves. Este punto de reconoce porque la masa se "despega" de manera uniforme y como un todo del fondo al remover con la cuchara; no estoy muy segura de si se apreciará en estas fotos pero, cuando consigáis este punto en la masa de croquetas, lo reconoceréis sin ningún problema.
Ya os conté en otra entrada el truco que sigo desde hace años para liar las croquetas, y que simplifica bastante la cosa: con la masa lista y en un recipiente extenso, se añaden uno o dos huevos crudos (según la cantidad de croquetas que hayáis hecho) y se remueve bien hasta integrarlo todo. Luego la masa debe enfriarse en ese recipiente (una vez que haya perdido el calor, lo suyo es que vaya a la nevera varias horas) y luego a liar las croquetas, directamente en pan rallado, dándoles el tamaño y la forma que nos gusten.
Es importante congelarlas bien y en dos tandas, primero en una bandeja o en cualquier otra cosa que se os ocurra pero plana y grande, donde las croquetas quepan una junto a la otra, sin amontonarlas (os recomiendo poner debajo papel de aluminio, para poderlas despegar de la bandeja fácilmente) y luego, una vez duras como piedras, se pasan a una bolsa de las que las podremos sacar cómodamente en el número que queramos.
Listo. Cuando las vayáis a consumir, es muy importante freírlas en abundante aceite bastante caliente; cada croqueta tiene que moverse y bailar a gusto dentro del aceite calentito, sin encontrarse con ninguna otra croqueta. Luego a un plato con papel de cocina y... ya me contaréis. Le dedico esta entrada, con especial cariño, a mi prima Enca y a mis sobrinas Rocío y Reyes, que siempre celebran mucho mis croquetas, y con las que he quedado la semana que viene para hacer dos tandas: estas que os he contado aquí y, probablemente, otras de espinacas :))))
Estupendo paso a paso, me encantan las croquetas, las tuyas deben estar riquísimas.
ResponderEliminarNo sé si influirá nuestra relación estrecha con Huelva , pero las croquetas las hago igual que tú...como dices..."a la inversa", están mucho más ricas.
No he "pillado" el truco del huevo..
Besos
Buenas tardes. Unas recetas de pescado y gambas muy ricas y sabrosas. El truco de añadirle el huevo una vez preparada la masa muy interesante.
ResponderEliminarUn saludo Paco
Floruca, el truco consiste en mezclar el huevo con la masa aún caliente pero ya fuera del fuego. Luego, cuando se enfría, se lían sencillamente dándoles forma y pasándolas por pan rallado nada más.
ResponderEliminarProbadlo: es muuuuucho más rápido y quedan estupendamente :)
Gracias Susana, las próximas que haga probaré el truco y te cuento.
ResponderEliminarBesitos
No hay que esforzarse para que las croqeutas congeladas gusten..., es más, no hay que esforzarse para que guste nada que está precocinado :S. Donde esté lo de casa que se quite lo demás!!.
ResponderEliminarTe quedan estupendísimas!!, y una forma perfecta!.
Pásate por mi blog que te he dejado un premio! :P
Me han gustado mucho estas croquetas, las pienso probar pronto! de paso me quedo como seguidora por aquí!
ResponderEliminarSaludos
Me han encantado tus fotos del paso a paso, me quedo como seguidora tuya.
ResponderEliminarun beso,
Que buenas estaban las tuyas Susa, espero que las que hagamos salgan igual de ricas. Un beso, Reyes.
ResponderEliminarLas croquetas caseras son una delicia, el sabor es inconfundible mmmmmmmmmmmm riquísimas.
ResponderEliminarPues finalmente me junté para hacer croquetas con parte de las chicas G.L-H... Repetimos estas de merluza (esta vez sí, seguro) y gambas, y también hicimos de espinacas, guisaditas con mucho ajito picado y comino... De momento están congeladas, ya veremos qué tal ;)
ResponderEliminarHolaaa¡¡ Acabo de descubrir tu blog, y tu truco del huevo me ha resultado de lo más interesante.....una pregunta¡¡¡¡ pero deshaces el huevo??? como si estuviera batido????? Muy interesante¡¡ Me quedo de seguidora, que puedo aprender muchas cosicas¡¡¡
ResponderEliminarHola Laura, bienvenida a Gastronofilia :) Me alegra que te interese el truco del huevo, pero es que cuando lo pruebes no te va a interesar, te va a encantar! Yo lo que hago es echar el huevo directamente, sin batir ni nada (como ves en la foto) y, con un tenedor, removerlo bien y mezclarlo con la masa hasta que quede todo bien integrado. Pero me imagino que se puede batir antes también, claro. Como cuento en post, cuando hayas mezclado bien la masa con el huevo te vas a asustar, pensando que te has cargado la mezcla... pero deja que se enfríe y ¡ya nos contaras!
Eliminarhola tambien me fascina tu truco cuando mezclas los huevos se pondra la masa muy liquida y como separada,dice con la masa caliente fuera del fuego pero no se cuaja el huevo,y me imagino que echaras 2 huevos y paarece poco,y queda igua eol acabado despues de freir.gracias por este truco ya que es muy engorroso siempre llenarse de huevo.Un saludo
ResponderEliminarHola Ana, yo normalmente (salvo que haga muuuucha masa de croquetas) le echo solo un huevo, con eso es suficiente. Prueba el truco, te va a sorprender el resultado.
EliminarGracias por el truco del huevo .nunca lo habia echo asi pero lo provare y ya os digo ....un beso
ResponderEliminary las cantidades ¿¿??
ResponderEliminarHola Beth. Me temo que no soy capaz de darte cantidades mas exactas de lo que ves.... Si buitreas por el blog verás que, definitivamente, lo de las cantidades (nosecuantos grs....) no es lo mio.... Lo siento. Y menos con las croquetas: las aprendí a hacer con la persona mas fullera del mundo, mi Tata Curra. Busca la entrada que le dediqué en este blog y, quizá, me entenderás un poco mas.
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