Ea, pues se acabó el verano (:/). Al menos en teoría, porque aquí abajo ya estamos trabajando pero aún nos queda, como poco, un mes de calor-calor que nos traerá temperaturas de verano (sobre todo el famoso veranillo del membrillo, que suele coincidir -vete tú a saber porqué- con San Miguel, de hecho también se lo llama así). El caso es que aunque hayamos aterrizado y volvamos a la rutina sigue haciendo (mucho) calor y, como en junio y julio, las temperaturas que tenemos que lidiar al sur de la península llevan, entre otras cosas, a seguir alimentándonos en modo verano. Por eso os traigo la receta de una crema fría que descubrí en primavera y que, desde entonces, se ha convertido en un básico (un must, que dicen ahora los finolis) de mi casa para alimentarse pero también hidratarse frente al calor. Porque el verano se habrá terminado pero, por aquí, nos quedan todavía unas semanas fuertes y duras.
Os dejo solo la imagen del pre- porque las fotos que he hecho del pos- no me convencen... no dejan de ser un vaso con un líquido blanco. La cosa consiste en batir a conciencia un yogur griego (por su cremosidad y sabor, pero vosotros mismos, aunque he hecho pruebas y, definitivamente, lo suyo es yogur griego) (eso sí, el yogur que uséis que sea sin azúcar, que esta es una receta salada), un pepino por cada yogur, ajo (me encanta, pongo uno hermoso por cada 3-4 yogures + 3-4 pepinos), sal, un buen chorreón de AOVE, y un golpe (ya veis en la foto que soy generosa, me gusta mucho) de eneldo. No hace falta añadir agua, el pepino ya tiene suficiente. Se bate todo a conciencia y listo. Si queréis podéis colarlo o pasarlo por un chino, yo no suelo hacerlo porque no me molestan los (pocos) grumos que quedan.
El resultado es una especie de crema ligera o batido líquido, salado y refrescante, la mar de rico. Me parece fundamental zampárselo bien frío, pero que muy frío, así que nada de hacerlo sobre la marcha: se tiene que hacer y dejar enfriar. Esta crema de pepino y yogur entra la mar de bien, y se agradece mucho como primer plato cuando el calor aprieta y quieres refrescarte y alimentarte a la vez. Para que os hagáis una idea, este verano incluso la he alternado con el gazpacho y no recuerdo haberlo dejado de tomarlo ni un día en verano desde... Y creo que voy a seguir combinando estas dos cremas frías, porque así varío de primer plato pero comiendo sano y fresquito. Vamos, todo un descubrimiento que os recomiendo :)
En casa es uno de nuestros platos de cabecera en verano, y lo recomendamos totalmente, fresco, sabroso y como tu bien dices, el truco en el yogur y en el batido fino-fino.
ResponderEliminar¡Besos!
Cocina de emergencia
Qué razón tienes Joan, yo esta crema la he descubierto este año y la he hecho muchísimo en verano.
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