Esta es la segunda receta que he preparado para llevar como aperitivo a la barbacoa con mis amigos de la que os he hablado en otra entrada. Se trata de una deliciosa empanada a base de jamón york, dátiles, bacon y queso, muy muy muy sencilla de hacer, sobre todo si (como yo) no os complicáis la vida y usáis masa de hojaldre congelada. Sí, ya lo sé, lo suyo sería hacerla en casa, y nada como lo casero. Pero... lo cierto es que el hojaldre congelado está muy conseguido y ahorra muchísimo tiempo; además (y que me perdonen los gallegos que puedan leer esto) a mí la empanada con hojaldre me gusta más que la que se hace con masa ad hoc, creo que queda más jugosa. Si nos ponemos puristas y decidimos que esto no es una empanada pues lo llamamos de otra forma, como queráis; en cualquier caso, esta es la receta que me enseñó Marisa Guisado y que, desde enconces, hago con frecuencia cuando debo llevar algo de comer a algún sitio, porque es sencilla y gusta mucho.
Lo primero es precalentar el horno a la temperatura que indique en el paquete del hojaldre que hayáis comprado, normalmente 200º. Extended con un rodillo la base de la empanada y colocadla en la bandeja del horno; yo desde que descubrí el papel sulfurizado he dejado de engrasar y enharinar los moldes y las bandejas para hornear, menudo invento :) Sobre esa base colocad una capa de jamón york, encima los dátiles abiertos (evidentemente sin hueso :P), luego el queso (pero de verdad, no "tranchetes" ni nada por el estilo) y, finalmente, el bacon. Cubridlo con la otra parte de la masa, también previamente extendida con un rodillo, pintad la superficie con huevo batido y (muuuy importante) agujeread la superficie para que el calor que se genera dentro tenga por dónde salir, si no, la empanada se os inflará. Meted el invento en el horno y dejadlo allí dentro el tiempo que indique el paquete del hojaldre que hayáis comprado, normalmente 20 minutos.
Y listo, así queda recién salida del horno. Variando el relleno, a partir de esta receta podéis inventar tanto como os dejen vuestra imaginación y vuestro sentido común. Además de la típica de atún y tomate, esto de las empanadas tiene miles de variantes y de posibilidades. A mí me encanta hacerla de sardinas de lata, desmenuzadas y mezcladas con una fritada casera de tomate con mucha cebolla y pimiento. Una vez probé una de bacalao y pasas de la que todavía no me he olvidado, y que tengo que aprender a hacer sí o sí. También quiero investigar algún relleno a base de espinacas, probablemente a partir de la receta de la tarta pasqualina que aprendí en el taller de Anna Mayer, ya veré qué me invento. Sea como sea, la regla de oro (además de pinchar la superficie) es montar la empanada con el relleno frio, si no es así la parte de abajo se queda blanda y no se cuece bien.
¿Os gustan las empanadas? ¿De qué las hacéis? ¿Habéis probado alguna original?
La suegra de mi hermana hace una empanada de calabaza naranja y morcilla de cebollas, uf... Eso está para no divorciarse en la vida de mi cuañooooooooo.
ResponderEliminarEl anónimo anterior soy yo, Jose Sánchez Hidalgo.
ResponderEliminarMira que hacer el picadillo de culantro con tomate de bote .... No leo más
ResponderEliminarHola!! otra opción es la masa fresa, ya hecha pero fresca y queda mucho mejor que la congelada, eso si, un pelín más cara.
ResponderEliminarEmpanadas originales las he probado de queso y anchoa, de revuelto de morcilla (se pica cebolla, se pocha y se añade morcilla de arroz desmenuzada; finalmente, se añade el huevo. Si el revuelto sólo ya está bueno, de por sí, en empanada....), aunque llena muchísimo y la de atún con pimiento morrón que hace mi santo esposo es exquisita. ;-))
Anónimo-Pepe: Eso pensaba yo de la receta. Pero empecé a dudarlo cuando comprobé que TODO el mundo decía lo mismo: una (buena) lata de tomates de bote.
ResponderEliminarJavier, qué buenas ideas, pero la de morcilla... debe estar buenísima; esa cae :) Gracias por la idea!
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