Ensalada de judías verdes

En mi tierra hay una señal inequívoca de que ha llegado el buen tiempo: estalla el azahar. Anoche iba dando un paseo hasta un bar, en el que había quedado con unos amigos para tomar algo, y el aroma a azahar de los naranjos literalmente inundaba las calles, y me hacía pensar en la primavera y las ensaladas, que yo consumo todo el año pero que, las cosas como son, apetecen más en estas fechas. Así que hoy he preparado unos de los "fondos de nevera" (esto le encanta a mi amiga Vicki) con los que me suelo deleitar cuando llega el buen tiempo, una estupenda, sencillísima y sabrosa ensala de judías verdes. Es fundamental cocerlas al vapor, no ya para esta receta sino siempre, porque este sistema de cocción permite que las judías, y en general cualquier verdura, mantengan sus propiedades y queden enteritas, al dente,... una delicia. He mezclado las judías cocidas al vapor con tomate troceado, un poco de cebolleta picada muy fina y unas papas cocidas. Con éstas aún calientes hay que aliñar el invento con un buen aceite y un vinagre aún mejor; por favor, dejaos de tonterías y prescindid de esa cosa semitransparente que venden en los supermercados, usad un buen vinagre de vino, o de Módena, o de manzana o... lo que queráis, pero que merezca la pena. Además tanto en esta ocasión, como en todas las recetas que lleven papas cocidas, es muy importante hacer esta operación (trocear, aliñar) con las papas aún calientes (como afortunadamente me enseñó Arturo Candau), porque así absorven bien el aliño y dan un resultado increíble. Nada que ver. Gracias, Arturo :)

Esta ensalada aguanta muy bien un par de días en la nevera y saca de muchos apuros. Además es sanísima, admite variantes (probad a añadirle atún o, mejor, unos buenos filetes de caballa en aceite desmenuzados) y, sobre todo, está buenísima.