viernes, 1 de abril de 2011

Ensalada de pollo y fruta

Mañana he quedado para echar el día con unos amigos que, además de eso, también son estómagos agradecidos y aficionados al buen yantar. De hecho, en alguna entrada os contaré de nuestras reuniones periódicas para regalarnos algún que otro homenaje, siempre amenizado con una buena conversación y muchísimas risas. Pero lo que ahora nos ocupa es que mañana comeremos juntos haciendo una barbacoa, y la consigna ha sido que cada uno lleve algunas cosillas para "matar el tiempo" mientras se hace la carne. Como ya va haciendo calor y apetecen comidas fresquitas, he decido llevar entre otras cosas esta ensalada, muy inspirada en la Waldorf que aprendí a hacer en los talleres de cocina de Anna Mayer, pero a la que le he dado alguna que otra vuelta de tuerca:)

El asunto es tan complicado como trocear un par de manzanas medianas o una grande (yo he usado las Fuji, me encantan), una rama de apio, y mezclarlo con piña (en su jugo, no en almibar), un puñado de pasas de corinto previamente reblandecidas en agua tibia, otro de nueces picadas, un huevo duro rallado, unas uvas negras (sin las pepitas, claro) y partidas en cuartos, y pollo. Aquí debo confesaros que lo suyo es saltear a fuego vivo uno o dos filetes (según el tamaño y los gustos de cada cual) de pechuga de pollo, previamente salpimentados y aderezados con alguna especia si os apetece, y trocearlos. Pero como no lo tenía a mano, he tirado del típico paquete de taquitos de "pechuga de pavo" (prefiero no saber cómo está hecho ni en que consiste) que, en cualquier caso, da su avío. Una vez mezclado todo le he incorporado mayonesa aligerada con algo del jugo de la piña y a la nevera.

Es recomendable dejar reposar esta ensalada, porque indudablemente gana cuando pasan algunas horas y, sobre todo, tomarla fresquita. Tiene además la ventaja (como casi todas las ensaladas, claro) de ser una receta muy libre, en la que podéis añadir o eliminar lo que os apetezca. La gracia del resultado es la combinación de sabores (la fruta con el pollo... Mmmm) y de texturas (esa manzana blandita y las nueces duras... Mmmm). Os aseguro que, además de fácil, esta receta es de lo más resultona. Imprescindibles la manzana, el apio y la mayonesa, los tres ingredientes básicos y originales de la ensala Waldorf: a partir de ahí... la imaginación al poder. Ya os contaré qué han dicho mis amigos :)

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