Esta receta es, creo yo, una buena prueba de que hay vida más allá de la menestra: las verduras se pueden tomar de muchísimas maneras, y en muchísimos casos el resultado es sabroso, sano, divertido, y admite todas las variantes que se quieran. Esta receta que hoy os cuento está inspirada en la que nos cuenta Luz en su bol Con Delantal, aunque yo he modificado algún que otro detalle (ya me conocéis). Por buscarle alguna pega, tiene el inconveniente de que hay que prepararla y tomarla sobre la marcha, así que para días de trabajo y algo de lío no sirve, la verdad. Pero cuando se tiene un poco de tiempo y calma es una muy recomendable manera de tomar verdura y, de paso (como sugiere Luz), una opción socorrida para colarle de contrabando verdura a los peques. O a l@s no tan peques que se resisten a tomar verdura, claro, que algun@ hay....
Para preparar la masa hay que rallar calabacín bien fresco y hermoso pero de manera que queden hebras reconocibles, es decir, con la parte gruesa del rallador. El calabacín tiene mucha agua y soltará un juguillo que nos interesa conservar y utilizar, así que os recomiendo rallarlo directamente sobre el cuenco en el que vayáis a hacer la masa.
Luego hay que añadir (por aquello del pesto) albahaca fresca y piñones, picados los dos a cuchillo. Y aquí no sirve eso que venden en botecitos y no sabe a nada: la albahaca lo suyo es que sea fresca, yo la tengo plantada en una maceta pero, como sabéis, se puede comprar ya fácilmente en casi cualquier sitio.
Añadimos un ajo picado muy fino o bien espachurrado con el presa-ajos, unos huevos batidos (según la cantidad que estéis haciendo, más o menos uno o dos huevos por cada calabacín), harina de repostería (como dos-tres cucharadas soperas colmadas por cada calabacín) (yo hoy he usado harina integral y el resultado me ha gustado), sal gruesa, pimienta negra recién molida y agua hasta conseguir la textura que queremos: una pasta semi-líquida, jugosa pero espesa, para hacer las tortillitas.
Sólo queda freírlas en aceite bien caliente pero, si está nuevo, os recomiendo que antes paséis por él un ajo entero con piel y todo machacado con la hoja del cuchillo. Cuando estén a vuestro gusto (recordad que llevan harina, así que deben quedar crujientes y doraditas) pasadlas a papel de cocina y luego.... a comer :)
A estas tortillitas le pasa lo que a las pipas: empiezas y... Se pueden acompañar con mayonesa o bien tomarlas tal cual, una detrás de otra. Os aseguro que quedan riquísimas, ¡ya me contaréis!
Una elaboración muy interesante, el calabacin y el pesto...Me las apuntare porque en casa las tortillitas resultan!!!
ResponderEliminarNos alegro conocerte personalmente!!!
Besos
Una combinación deliciosa seguro, Susana! Un besito!
ResponderEliminarNunca había imaginado tomar calabacín en esa forma, pero tiene que estar muy bueno!!!!
ResponderEliminarGracias por compartirlo Susana.
uffff, no soy yo de muchos fritos, la verdad, pero voy a ver si me atrevo y se las hago a los niños; ya te contaré
ResponderEliminarVeo (leo) que a todos os ha pasado lo que a mí cuando vi esta receta en el blog de Luz: sorprende. Pero animaos a probarla porque os va a gustar mucho, seguro :)
ResponderEliminarSusana con sólo verlas ya me apetecen..uhmmmm
ResponderEliminarBesitos
Hola, vengo por las tortillas replicadas de blog en blog, jajaja. A ver si me animo y hago lo mismo XD Con lo que me gustan las verduras!!!!
ResponderEliminarLo único que me hace dudar es la fritura, :( Intentaré hacerlas en el horno.
Ahora me daré un paseo por el blog, con tu permiso...
Desde el Caribe azul cielo
Hola Cocco, gracias por tu visita y por tu blog, me verás con frecuencia por allí porque me ha gustado mucho. No le tengas reparo a la fritura, la clave es usar un buen aceite y freir lo que sea con el aceite muy caliente, para que la masa no se empape demasiado. No tengo muy claro lo del horno, pero la verdad es que nunca lo he probado así que, si lo haces, cuéntanos por favor qué tal te ha ido, igual descubrimos algo nuevo e interesante :) Un saludo desde el Sur de España!!!!!
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