Pan "milagro" integral con semillas de lino

La blogosfera está  inundada de entradas contando cómo hacer pan casero a cual más apetecible, y siempre que veo esos posts me queda una sensación de curiosidad y de envidia. Curiosidad porque todo lo que implique hacer algo casero (y no digamos el pan) me atrae sin remedio. Y envidia porque, leyéndolas con atención, siempre me parecen recetas complicadísimas con tanto levado y tanta masa madre; todo eso tiene poco que ver con mi punto fullero y rápido a la hora de cocinar, y no me siento capaz de meterme en esos jardines, seguro que a mitad del asunto no puedo evitar pillar algún atajo y acabo metiendo la pata. Así que nunca me atrevo, pero me quedo con esa espinita. Por eso cuando me topé con esta receta de pan milagro en el blog Un poquito de Rocío pensé "esta es la mía": una opción para hacer pan sobre la marcha, sin complicaciones, vamos que nos vamos!!!! :) Rocío cuenta que, a su vez, ella descubrió la receta en Webos Fritos, donde como podréis comprobar ofrecen un vídeo bastante claro e interesante sobre esta receta. Es ideal para gente inexperta y con 0 paciencia; yo he hecho varias pruebas y os aseguro que, si se siguen unos sencillos consejos y (eso sí) se respetan razonablemente las cantidades (esa parte es la que más trabajo me cuesta... pero qué le vamos a hacer) os aseguro que la cosa funciona :) Lo malo es que, como suele ser habitual, el conocimiento estropea muchas cosas: cuando has probado el pan casero... lo demás pierde su gracia. Y además el aroma que sale del horno e inunda la casa.... 

La receta que os cuento es una variante de la que aprendí en el blog de Rocío, a ver qué os parece :) Hay que incorporar a un bol amplio 160 grs. de harina de fuerza y 160 grs. de  harina integral, luego se desmiga encima medio paquetito de levadura fresca (unos 12-13 grs.), un puñado generoso de semillas de lino, 175 gr. de agua tibia y un chorrito (20 gr.) de aceite de oliva virgen extra. Se empieza a mezclar todo (yo meto del tirón las manos y no uso ningún artilugio) y, cuando tenga ya cierta consistencia, se añade un poco de sal (como una cucharada pequeña). Al parecer es importante no hacer esto antes porque la sal y la levadura fresca no se deben mezclar desde el principio; no sé muy bien qué pasará si se hace ni cuál es la razón, pero yo soy obediente. Se mezcla bien y se pasa a una superficie donde empieza de verdad el jaleo y el gustazo (bueno, es que a mí me gusta amasar...); en Webos Fritos dicen que no hace falta, pero yo añado harina (integral) a la tabla, no sé amasar de otra forma. Se trabaja el asunto unos minutos hasta que tenga una consistencia homogénea.

Lo que necesitamos ahora es un molde de pirex amplio y con tapa, que debemos engrasar con un poco de aceite para que no se nos pegue el pan. Se coloca la bola de masa en la tapa, se la pincela con más aceite, y se le hacen unos cortes. Se pone el molde encima, se mete en el horno frío y, una vez allí, se enciende a 220º y se deja el asunto dentro por unos 40-45 minutos. Al parecer esta es la parte que permite prescindir de levados y demás gaitas, porque mientras el horno se va calentando va creciendo el pan y, cuando está a 220º, la masa ya ha levado y está a punto para hornearse. Vamos, un puntazo!!!! Menudo atajo, de ahí que lo llamen pan milagro :)

Una vez cocido se coloca sobre una rejilla para que se enfríe, y listo :) Pienso seguir investigando a partir de esta receta: nueces, pipas de girasol, orégano, aceitunas negras, pasas, piñones.... la imaginación al poder. Y os lo pienso contar, claro :)

Y hablando de contar, vosotros ¿hacéis pan? ¿Conocéis recetas facilonas como esta que nos queráis contar???????