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sábado, 23 de enero de 2016

Empanada de jamón y queso (by Carmen Menéndez D-A)

¿Os acordáis de mis pinches favoritas? Hace ya varios años que os hablé de ellas y del placer de enseñarles a cocinar. Carmen es la que aparece en las primeras fotos de ese post, amasando y luego cerrando con un tenedor muy concentrada unas empanadillas de puerro, espinaca y queso feta. Unos años después  (a punto de cumplir 11 años) sigue siendo igual de pertinaz y seria, se sigue concentrando divinamente en lo que le interesa, le sigue yendo igual de bien en el colegio... y afortunadamente se le ha pasado el interés por los videojuegos y, a cambio, cada vez le gusta más leer :) Y lo mejor de todo es que, como a sus hermanas, le sigue molando esto de cocinar. Hoy quería hacer una sencilla empanada de jamón y queso, y cuando (ingenua de mí) le propuse que me ayudara dijo que ni hablar, que la empanada la iba a hacer ella sola. Y así ha sido (exceptuando la bechamel que he preparado yo). La receta no tiene ninguna complicación y probablemente no os contamos nada nuevo, pero me encanta que mi sobrina sea hoy la flamante invitada de este blog. Y, como os podréis imaginar, sobre todo me encanta que ella y sus hermanas sigan enganchadas a los fogones :)

Como siempre, hemos utilizado masa de hojaldre para hacer esta empanada (sigo pensando que la del Lidl es la mejor con diferencia). Sobre ella Carmen ha colocado una base de jamón de york, luego una capa de bechamel, una de queso (tiene que fundir bien, hemos usado un gouda), y otra de jamón.





Ha cerrado la empanada con otra placa de hojaldre, rematando los bordes con un tenedor, ha pinchado la superficie para evitar que se abombe durante la cocción, la ha pintado con huevo batido, y... al horno (precalentado a 200º) hasta que se dore.





Ha salido esto, fijaos el corte.



Carmen se está decantando por la cocina salada, pero su hermana María (que en el post liaba croquetas) nos ha salido repostera; en cuanto pueda prepararé una entrada con ella para mostraos alguna de las muchas delicias que prepara. Blanca (la que daba forma a las albóndigas como nadie con escasamente cuatro años) también sigue cocinando, y junto a su hermana Reyes (que entonces era un bebé) ayuda a su padre cada vez que puede a hacer pizzas y ensaladas. Vamos, que lo que entonces prometía parece que sigue avanzando... y yo feliz :)

sábado, 7 de febrero de 2015

Pizzaempanada

O empanapizza, tanto monta monta tanto. En realidad no sabía como bautizar esta receta, que se me ocurrió bicheando por la red para intentar mejorar un estrepitoso fracaso de hace un par de semanas (una empanada de jamón y queso que me quedó muuuuy seca). Los únicos trucos de esta pizzaempanada son utilizar una buena masa de hojaldre (me sigue pareciendo que la mejor es la del Lidl) y salsa de tomate frito casero (bueno, si soy sincera en realidad no sé cómo saldrá con tomate frito comprado ya hecho, yo hace años que no lo uso... creo que no merece la pena, no hay color).  Aunque la masa de hojaldre fresco viene ya extendida, me gusta aplanarla un poco más con un rodillo antes de montar la empanada. Sobre esta base se extiende una capa fina de tomate frito y se añade algo de orégano, luego se colocan encima lonchas de jamón york, idem de un queso que funda bien (yo he usado gouda), algo más de orégano sobre el queso (es que me encanta...) y otra capa de masa de hojaldre. El procedimiento que sigue es el de siempre que seguro que ya conocéis: hay que cerrar bien el asunto haciendo un repulgue por los bordes, pintarlo con huevo batido, agujerear la capa superior para que salga el vapor durante la cocción, y meter el asunto en el horno precalentado previamente a 200º bajándolo, al introducir la empanada, a 180º. Dependiendo del horno, en unos 15-20 minutos está lista. Queda muy rica aún caliente (ese queso fundido con el tomate y todo son aroma de orégano... vamos, una pizza dentro de una empanada ;D) pero también está buena fría. Una estupenda cena para la gente menuda, que suele disfrutar con las pizzas, aunque también para los no tan niños :) ¡Buena semana!

domingo, 28 de diciembre de 2014

Empanada de salmón, puerro y crema de queso

Esta empanada está inspirada en una receta de Luz del blog Con Delantal, y ha sido todo un descubrimiento. Es muy sencilla de preparar y el resultado es delicioso, de manera que es una opción perfecta para estos días de tanta fiesta y tanto trajín. ¿Que tenéis que llevar algo sencillo y resultón a alguna cena o comida con mucha gente? Pues animaos a hacer esta empanada, porque os aseguro que vais a dejar al personal con la boca abierta. Bueno, mejor dicho  con la boca abierta y cerrada, porque no no van a dejar de masticar ... ;)

El primer paso es sofreír suavemente puerro cortado en juliana; a mí me gusta hacer este paso en el microondas (queda muy muy blandito, que es lo que vamos buscando) en una mezcla de aceite de oliva y mantequilla, con un poco de sal y de pimienta negra recién molida. CUIDADO: en este paso añadid solo un puntito de sal y no echéis más el resto de la receta, pensad que el resto de los ingredientes ya llevan su correspondiente sal... OJO. Por otro lado, ya sabéis cómo van los sofritos en el microondas: a base de golpes de 3-4 minutos, mirando cómo está y removiendo.



Cuando el puerro esté suave y cremosito retirad con un colador el exceso de grasa y, fuera del fuego, mezcladlo con salmón ahumado cortado en trozos irregulares y con queso crema de untar. También me gusta añadirle un poco de eneldo picado, pero hoy no tenía... Debe quedaros una masa jugosa y pastosa con cierta consistencia. No doy cantidades, primero porque ya sabéis que no es lo mio, y segundo porque depende del tamaño del hojaldre y de cómo os gusten las empanadas (muy finas o bien con mucho relleno). La que veis en las fotos está hecha con hojaldre del Lidl (magnífico, con diferencia el mejor de los que he probado hasta ahora) que no ocupa toda la superficie de la bandeja del horno (más o menos 3/4 partes), y lleva un puerro hermoso, una bandeja mediana de salmón y una tarrina de queso en crema. Pero ya os digo que va en gustos...




Sólo queda extender esta mezcla (ojo, fría) sobre una placa de hojaldre, cubrirla con otra, cerrar bien todos los bordes, pinchar la superficie y pintarla con un huevo batido. Meted la empanada en el horno, previamente precalentado a 200º y, cuando esté dentro, bajadlo a 180º. ¿Tiempo? Como siempre depende de cada horno, pero normalmente la empanada está hecha (doradita, preciosa) en 20-30 minutos.





La última vez que he hecho esta empanada ha sido en Nochebuena y mi padre se zampó directamente casi la mitad; los demás nos repartimos el resto como buenamente pudimos... En Fin de Año volveré a juntarme con mucha familia, como siempre en torno a una mesa bien surtida, y me parece que lo que voy a llevar es esta empanada, pero esta vez con eneldo, que le da un punto muy bueno. Aprovecho la entrada para desearos a todos una buena salida y entrada de año y un magnífico 2015!!!!!!

jueves, 23 de agosto de 2012

Empanada fullera de sardinas

Lo de "fullera" en el título es para que ningún gallego se me vaya a enfadar :) La empanada de xouba original no lleva la masa que aquí os cuento y se hace con sardinas de verdad, frescas, no como las que uso en esta entrada. Y está buenísima, para hacerle la ola, como casi todo lo que se ofrece en Galicia (cada vez que voy a esa esquinita del país me caen dos lágrimas de alegría, menuda gatronomía tienen) (por cierto, estoy deseando volver cámara en mano para buitrear por sus mercados de abastos...). Pero, respetando la versión original, desde esta otra esquinita del país hago de vez en cuando un sucedaneo (fullero) de la empanada gallega de sardinas que, sin estar a la altura del original, queda creo yo la mar de bien y gusta mucho en mi casa, así que os la cuento en esta entrada. Y se la dedico con mucho cariño a Silvia, una bloguera gallega afincada en Granada, a la que he conocido virtualmente hace poco (y me quedé con las ganas de conocerla "de verdad", pero al final no pude ir al 2º encuentro de blogueros andaluces... otra vez será); Silvia tiene un blog con recetas muy interesantes, daos un garbeo por allí que no os vais a arrepentir.

Primera fullería: utilizo sardinas de lata. Buenas, y de las que vienen en aceite de oliva, pero de lata. Las escurro y las desmenuzo groseramente; lo bueno de las sardinas en lata (buenas) es que las espinas también se aprovechan y, dicen, tienen un aporte de calcio bastante interesante. El que no se consuela... Para una empanada grande (la superficie de una bandeja de horno convencional) uso tres latas o, mejor, cuatro (queda más jugosa).


Preparo un refrito de bastante cebolla y pimiento verde, troceados de manera que nos los podamos encontrar luego en la empanada, es decir, pequeños pero sin pasarse con el cuchillo :) Cuando están ya blanditos pero aún enteros se añade tomate triturado, sal gorda, y un poco de azúcar (por aquello de la acidez del tomate). Dejamos que se haga todo un rato y, cuando esté, se mezcla con las sardinas pero teniendo en cuenta que no debe de quedar una mezcla demasiado líquida (nos cargaríamos la empanada): a mí me gusta escurrir con una espumadera la cebolla y el pimiento verde, mezclarlos con las sardinas, y luego ir añadiendo el tomate poco a poco para controlar el espesor del relleno. Es importante dejarlo enfriar antes de montar la empanada, porque si no la base de ésta absorverá parte del asunto (aún caliente)  y, luego, se quedará blanda y sin mucho arreglo. ¡Paciencia! Esto HAY que hacerlo en dos fases, no hay atajos :)


Segunda fullería: ya sé que esto que voy a contaros va a traer polémica, y la asumo, pero es que a mí las empanadas... me gustan con masa de hojaldre. Sí, sé que no es lo tradicional, pero es que quedan tan jugosas... mucho más que con la masa de empanada (la receta de mi tía Susana es estupenda, por cierto) pero en mi humilde opinión como el hojaldre... nada. Con un rodillo, extiendo una base de masa de hojaldre congelada (oooooootra fullería, pero a ver quién es el guapo que se pone a hacer hojaldre casero... con el buen resultado que dan los congelados) sobre papel de horno y la coloco en la bandeja.


Sobre esa base se añade la mezcla FRÍA de sardinas con tomate frito, y se cubre con más masa de hojaldre, que conviene pintar con huevo batido para conseguir ese efecto dorado tan agradable... Por cierto, las manitas que salen en la foto con el pincel son las de mi sobrina Carmen, a la que sigo empeñada en enviciar con esto de los fogones... y ella que se deja :) La tapa de la empanada se debe agujerear para que, durante la cocción al horno, el calor tenga por donde salir; después de escuchar esta misma explicación mi sobrina Blanca (que también sigue apuntando maneras) se empeñó en que, además, le hiciéramos un pequeño agujero más grande que los pinchazos del tenedor... y yo, obediente...



    
Para estar lista esta empanada sólo necesita un rato de horno, a 200º, como tres cuartos de hora, hasta que tenga el aspecto que debe de tener, el de una tarta salada tostadita y dorada...

Llegados a este punto haced lo que queráis, pero yo esta empanada la prefiero casi fría, y en trocitos pequeños... de tapita :) Vamos, un sucedaneo creo que bastante aceptable de la auténtica empanada de xouba... aunque lejos de Galicia y de sus miles de delicias.  


        

jueves, 12 de abril de 2012

Empanadillas de caballa, tomate y huevo

Hace tiempo que dejé de comprar empanadillas de esas que vienen congeladas, definitivamente no merecen la pena, prefiero hacérmelas yo misma, rellenándolas de lo que me de la gana y, luego, congelarlas. Basta con tener cuidado con algún que otro detalle para obtener un resultado estupendo, mucho más rico que eso que venden por ahí, nada que ver. Las empanadillas caseras (bueno, casi, la masa sí que la compro ya hecha) tienen además la ventaja de poder brujulear e investigar, probando con rellenos de lo más variados. A veces se acierta y otras veces no, pero es divertido :) Ya os he contado lo ricas que quedan rellenas de espinaca, puerro y queso feta, una receta inspirada en las Spanakopitas que aprendí en el blog de Elena y que os recomiento (la receta y el blog, pero sobre todo lo segundo). 

Estas que os cuento hoy no tienen nada de original, salvo que me faltaba un ingrediente (pimiento verde, qué rico en las salsas de tomate frito) y otro (el atún) lo he sustituído (por caballa), pero como se mantiene lo esencial de la receta el resultado es estupendo :) Necesitamos un paquete de obleas para empanadillas para, dentro de ellas, poner un relleno a base de atún o caballa (que es lo que hoy he utilizado, porque se me habían acabado las latitas de atún), pimientos morrones o, mejor, del piquillo bien picados, y una fritada de tomate hecha con un refrito de cebolla en burunoise, sal, un pelín de azúcar (por aquello de la acidez del tomate), un golpe de orégano, otro de perejil fresco picado, y una lata pequeña de tomate triturado. Os recomiendo hacer esta fritada añadiendo también pimiento verde, que yo hoy como antes os contaba no he usado porque no tenía, pero que le sienta de maravilla al tomate frito.


En estas empanadillas también me gusta mucho añadir huevo duro rallado con la parte gruesa del rallador. Hoy he aprovechado para estrenar un artilugio que me compré (y más cositas, claro) la última vez que estuve en Casa. ¿A que es bonito???? Y muy útil para hacer un único huevo duro sin el rollo del cacito y mucho más rápido, basta con poner el huevo crudo, tal cual, cerrar el recipiente, y tenerlo en microondas unos 50-60 segundos (depende del horno, en el mío hicieron falta 50 segundos) (¡50 segundos!!!! ¡y sin cacito!!!!) a máxima potencia.






Hay que mezclar el relleno con todo lo que os acabo de contar y, muy importante, dejarlo enfriar antes de formar las empanadillas. Este truco es fundamental en cualquier empanadilla y también en cualquier empanada, u hojaldre, o tarta salada que hagáis; si el relleno está caliente la harina de la masa se empapa y, luego, no se queda como debe.

También es importante ser precavidos en este paso: a estas alturas del partido (y con el olorcito del relleno...) tendréis hambre y es muy probable que os tiente la idea de poner muuuucho relleno; pues no, es mejor ser austeros, porque si colocáis una cucharada demasiado hermosa en las obleas no las vais a poder cerrar en condiciones, os van a rebosar, un lío. Menos es más ;) Las empanadillas se cierran con un tenedor (salvo que os dé el punto coqueto y queráis hacerles el repulgue típico de las empanadas argentinas, que queda tan bien) y se fríen en aceite bien caliente. 



Si hacéis en cantidad y queréis congelar, basta con colocar las empanadillas ya rellenas y cerradas pero aún sin freír y separadas en una bandeja forrada con papel (film, de aluminio, de horno... da igual, es solo para separarlas bien de la bandeja luego), meterlas en el congelador, y cuando estén como piedras sacarlas y meterlas en una bolsa; luego se fríen sin descongelar, del tirón, en aceite bien caliente, y quedan estupendas. Como las croquetas, vamos. Y así tenéis un segundo casero y apetecible, listo para un desavío :) pero hecho en casa, sabiendo lo que lleva y lo que os coméis. Y que, además, os permite inventar y jugar con miles de opciones de rellenos, ¿cuáles se os ocurren?  

martes, 3 de abril de 2012

Mini-quiches de calabacín, cebolla y bacon

Este es un aperitivo de lo más resultón y rico, que estoy muy contenta de haber aprendido a hacer. Es de esas recetas que te dejan pillada desde que las ves, dando vueltas en tu cabeza, pidiendo que las hagas, y sin dejar de dar la murga hasta que por fin te animas a prepararlas. En este caso la culpable de la murga es Rocío, la autora de un blog que sigo desde hace tiempo, y a la que además he tenido ocasión de conocer personalmente junto a su pareja en el Encuentro de blogueros andaluces del que os hablé hace poco. Ese día tan entrañable por muchas cosas pude comprobar que, además de una gran bloguera cocinera, Rocío es una persona encantadora, cercana, amable y generosa, y su marido es también un tío estupendo, bloguero pero de otros temas (maquetas, pero no me quedé con la dirección) y que apoya a su mujer y disfruta con ella de sus aficiones. Qué gusto da conocer a gente así :)

Esta estupenda receta tiene ingredientes de lo más sencillos pero requiere de dos cosas que, creo yo, no suelen formar parte del "fondo" de todas las cocinas: obleas de empanadillas (se encuentran fácilmente en cualquier comercio) y un molde de muffins (que yo no tenía porque la repostería no es lo mio pero que compré, después de ver esta receta y que empezara la murga del antojo de hacerla, en el Bazar Victoria). Hay que meter una oblea en cada hueco del molde, pincelarlas con huevo batido, y hornearlas a 180º durante unos 10 minutos, quedan así.


Luego hay que sofreir en aceite de oliva cebolla (cortada en burunoise) y calabacín (yo lo he pasado por la parte gruesa del rallador) con un pelín de sal (ojo, que esto lleva bacon) y pimienta negra recién molida. Cuando el sofrito esté como a la mitad se añade bacon cortado en tiras y, luego, se aparta para que se enfríe. Esto es muy importante: todas las tartas saladas, las empanadas, las empanadillas.... deben hacerse con el relleno frio, si no la masa se ablanda y no queda bien.


Mezclamos nata o bien leche evaporada Ideal (es lo que yo suelo usar) con huevo batido (yo he aprovechado el que me sobró del paso anterior) y el queso que queráis (en este caso he aprovechado para terminar una bolsa de una mezcla de 4 quesos que tenía que jubilar), y le añadimos el refrito anterior.


Cuando todo esté frio (repito que es importante este detalle) lo añadimos a las obleas y volvemos al horno, de nuevo como a unos 180º, hasta que veamos que está, normalmente unos 15-20 minutos dependiendo como siempre de la potencia de vuestro horno.



Lo que nos queda es un aperitivo de bocado, vistoso, la mar de rico y de cómodo y que, desde luego, pienso tunear investigando con otros rellenos: puerro y pollo, espinaca y ricotta.... ¿alguna sugerencia? Porque digo yo que cualquier relleno de quiches se puede usar aquí ¿no? A  vosotros, ¿qué quiches os gustan?


domingo, 3 de abril de 2011

Empanada agridulce

Esta es la segunda receta que he preparado para llevar como aperitivo a la barbacoa con mis amigos de la que os he hablado en otra entrada. Se trata de una deliciosa empanada a base de jamón york, dátiles, bacon y queso, muy muy muy sencilla de hacer, sobre todo si (como yo) no os complicáis la vida y usáis masa de hojaldre congelada. Sí, ya lo sé, lo suyo sería hacerla en casa, y nada como lo casero. Pero... lo cierto es que el hojaldre congelado está muy conseguido y ahorra muchísimo tiempo; además (y que me perdonen los gallegos que puedan leer esto) a mí la empanada con hojaldre me gusta más que la que se hace con masa ad hoc, creo que queda más jugosa. Si nos ponemos puristas y decidimos que esto no es una empanada pues lo llamamos de otra forma, como queráis; en cualquier caso, esta es la receta que me enseñó Marisa Guisado y que, desde enconces, hago con frecuencia cuando debo llevar algo de comer a algún sitio, porque es sencilla y gusta mucho.

Lo primero es precalentar el horno a la temperatura que indique en el paquete del hojaldre que hayáis comprado, normalmente 200º. Extended con un rodillo la base de la empanada y colocadla en la bandeja del horno; yo desde que descubrí el papel sulfurizado he dejado de engrasar y enharinar los moldes y las bandejas para hornear, menudo invento :) Sobre esa base colocad una capa de jamón york, encima los dátiles abiertos (evidentemente sin hueso :P), luego el queso (pero de verdad, no "tranchetes" ni nada por el estilo) y, finalmente, el bacon. Cubridlo con la otra parte de la masa, también previamente extendida con un rodillo, pintad la superficie con huevo batido y (muuuy importante) agujeread la superficie para que el calor que se genera dentro tenga por dónde salir, si no, la empanada se os inflará. Meted el invento en el horno y dejadlo allí dentro el tiempo que indique el paquete del hojaldre que hayáis comprado, normalmente 20 minutos. 
Y listo, así queda recién salida del horno. Variando el relleno, a partir de esta receta podéis inventar tanto como os dejen vuestra imaginación y vuestro sentido común. Además de la típica de atún y tomate, esto de las empanadas  tiene miles de variantes y de posibilidades. A mí me encanta hacerla de sardinas de lata, desmenuzadas y mezcladas con una fritada casera de tomate con mucha cebolla y pimiento. Una vez probé una de bacalao y pasas de la que todavía no me he olvidado, y que tengo que aprender a hacer sí o sí. También quiero investigar algún relleno a base de espinacas, probablemente a partir de la receta de la tarta pasqualina que aprendí en el taller de Anna Mayer, ya veré qué me invento. Sea como sea, la regla de oro (además de pinchar la superficie) es montar la empanada con el relleno frio, si no es así la parte de abajo se queda blanda y no se cuece bien.

¿Os gustan las empanadas? ¿De qué las hacéis? ¿Habéis probado alguna original?

domingo, 20 de marzo de 2011

Taller de tartas saladas: resultados

 
En mi tercer taller con Anna Mayer, de tartas saladas, hemos aprendido a hacer (y luego nos hemos zampado) tres estupendas tartas, a cual más exquisita. La torta pasqualina es a base de un relleno de espinaca y ricotta, antes de entrar en el horno quedó como la veis a la izquierda, y cuando salió de allí tenía este estupendo aspecto:



 Fijaos cómo queda el relleno:


 La tarta salada de brócoli y gorgonzola es para forofos de esta sabrosísima verdura. Tiene un sabor realmente especial, porque el relleno incorpora estragón y cebollino frescos, así como mostaza en grano; os aseguro que el resultado es de lo más interesante. A la derecha tenéis el antes y, más abajo, el después, tanto recién salida del horno como cuando la hemos cortado:




 



 Y el fín de fiesta ha sido un hojaldre de calabaza y ajo caramelizado que, en mi opinión, ha sido la mejor de las tres recetas. Una de las cosas que he descubierto en los talleres de Anna es el increíble sabor y el juego que da asar la calabaza al horno. Este hojaldre la lleva, así como mucho queso de cabra, ajos caramelizados con vinagre balsámico, y tomillo y romero frescos. Buenísimo. 
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