El cabreo viene por la situación que, después de casi 100 años, este antiguo comercio tuvo que afrontar hace algunos meses, que no voy a contar aquí con detalle porque ya lo han hecho (y mucho, porque la cosa tenía miga) plumas mucho mejor afiladas que la mía; de las muchas os dejo aquí una muestra. Se recogieron firmas y yonosecuantas iniciativas más (por cierto con una muy alta participación de gente igual o más cabreada que yo con lo que estaba pasando porque, insisto, la cosa tenía miga) pero al final pudo más el interés y el mercado. Como siempre. Y echaron al Bazar Victoria de su antigua ubicación, que también era un poco de todos sus clientes.
Pero como sus responsables son gente muy grande, y al final a veces la vida es justa, este entrañable comercio pudo reciclarse y reabrir sus puertas en otro local (c/Francos, 28) y, aunque no tiene el punto antiguo de antes, sigue dando gusto ir por allí porque trabajan y te atienden con el mismo entusiasmo y buen hacer que antes, así que (afortunadamente) la única novedad es el cambio de sitio. Esta sigue siendo su fanpage de Facebook y esta sigue siendo su web. Y aquí os dejo algunas fotos del nuevo local. El escaparate ya no son ventanas pequeñas sino dos expositores bien grandes que avanzan las maravillas que hay dentro.
El interior de la tienda sigue siendo una tentación y teniendo el mismo peligro que antes para los aficionados a la cocina.
En lo que a mí respecta Cajasol no nos va a ver el pelo ni a mí ni a mi nómina, pero al Bazar Victoria voy a seguir yendo mucho, aunque solo sea a mirar :)