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sábado, 9 de enero de 2016

El ¿nuevo? Bazar Victoria

He tardado mucho en escribir esta entrada, más de lo que me gustaría. Pero me podían el cabreo y la indignación. Los que seguís este humilde blog sabéis lo que me gustan los comercios antiguos, de esos que quedan tan pocos, en los que te tratan con nobleza y profesionalidad, y en los que puedes encontrar casi cualquier cosa que se te antoje. Esos en los que da gusto entrar y en los que te puedes tirar curioseando el tiempo que haga falta, disfrutando de lo lindo. De productos curiosos y ricos de alimentación afortunadamente cada vez hay más, pero quedan pocos, muy pocos, de cacharreo de cocina y, en Sevilla, la punta de flecha ha sido desde hace años el magnífico Bazar Victoria, al que en Gastronofilia dedicamos un post cariñoso y devoto hace algún tiempo. Tengo pasión por esta tienda, por la gente que trabaja allí, por lo que puedes encontrar en ella, y por cómo te tratan.

El cabreo viene por la situación que, después de casi 100 años, este antiguo comercio tuvo que afrontar hace algunos meses, que no voy a contar aquí con detalle porque ya lo han hecho (y mucho, porque la cosa tenía miga) plumas mucho mejor afiladas que la mía; de las muchas os dejo aquí una muestra. Se recogieron firmas y yonosecuantas iniciativas más (por cierto con una muy alta participación de gente igual o más cabreada que yo con lo que estaba pasando porque, insisto, la cosa tenía miga) pero al final pudo más el interés y el mercado. Como siempre. Y echaron al Bazar Victoria de su antigua ubicación, que también era un poco de todos sus clientes.

Pero como sus responsables son gente muy grande, y al final a veces la vida es justa, este entrañable comercio pudo reciclarse y reabrir sus puertas en otro local (c/Francos, 28) y, aunque no tiene el punto antiguo de antes, sigue dando gusto ir por allí porque trabajan y te atienden con el mismo entusiasmo y buen hacer que antes, así que (afortunadamente) la única novedad es el cambio de sitio. Esta sigue siendo su fanpage de Facebook y esta sigue siendo su web. Y aquí os dejo algunas fotos del nuevo local. El escaparate ya no son ventanas pequeñas sino dos expositores bien grandes que avanzan las maravillas que hay dentro.






El interior de la tienda sigue siendo una tentación y teniendo el mismo peligro que antes para los aficionados a la cocina.








En lo que a mí respecta Cajasol no nos va a ver el pelo ni a mí ni a mi nómina, pero al Bazar Victoria voy a seguir yendo mucho, aunque solo sea a mirar :)

miércoles, 12 de agosto de 2015

Mercado de Isla Cristina

Bajo el engañoso cartel de "Centro comercial" se esconde, en realidad, el estupendo mercado de abastos de Isla Cristina (c/Emiliano Cabot, 2), que es obligatorio visitar si os gustan estos líos y esta localidad os pilla más o menos cerca. Es una plaza pequeña pero muy bien organizada, que ofrece un producto magnífico especialmente en lo que al pescado y el marisco de refiere, al fin y al cabo Isla Cristina es un activo puerto pesquero y tiene además una lonja de primera categoría. Esta plaza se merece una visita, aunque esta localidad (y Huelva en general) no estén de paso para nada; es lo malo (y, según se mire, lo bueno) de esta esquinita de la península.

El mercado de Isla Cristina es no solo pero sobre todo un monumento al pescado y el marisco, así que es inevitable empezar por ahí. Fijaos qué maravilla (atención al brillo y la transparencia de los ojos del pescado, hasta los supuestamente más "humildes" -sardinas, boquerones...- son de primera):











Ni yo tengo capacidad ni conocimiento, ni en este humilde blog hay espacio para hablar (con la profundidad y el detalle que se merece) de la tradición de pesca del atún en almadraba. Hay muchas webs sobre el tema, me permito recomendaros esta que, al fin y al cabo, es de Isla Cristina, una de las pocas zonas de España (junto a Cádiz, solo dos en Andalucía) donde se conserva esta milenaria forma de pescar atún. Teniendo esto en cuenta, no debe de extrañar que en el mercado de Isla Cristina se encuentre un atún fuera de lo normal: os aseguro que lo he visto así (y a ese precio) en muy pocos sitios. 




No puedo dejar de hablaros del puesto de pescado y marisco más grande que he visto hasta ahora en un mercado, y sabéis que conozco unos cuantos. Ocupa como 4 ó 5 módulos seguidos, el mostrador es larguísimo, aunque creo que no se aprecia bien en las fotos que intenté hacerle (con poco éxito, porque había varias filas de gente para comprar allí) pero, en cualquier caso, aquí están. Esta foto es desde un extremo:


Y esta desde el otro:


En centro había esto (por cierto, los tremendos alistados que veis a la derecha cayeron a la plancha esa noche...):


Como en todo mercado que se precie, en el de Isla Cristina hay puestos de verdura y fruta estupendos. Lo que pasa aquí es que los de pescado y mariscos son tan llamativos que los puestos "verdes" pueden pasar desapercibidos, pero es un error no darse un garbeo por la "calle" en la que están porque también merecen la pena. Las fotos de esta entrada las hice en verano, con los tomates en plena temporada, sabrosos, reventones, deliciosos...




Ya sabéis que en todos los mercados en condiciones se venden especias al peso. Fijáos que manera más original de presentarlas tienen en el de Isla Cristina:


Huelva es zona de marismas con una tradición de salinas muy antigua; en el mercado de Isla Cristina hay un puesto donde podéis encontrar diferentes tipos de sales en distintos formatos y para diversas cosas: 


En resumen, la de isla Cristina es una plaza pequeña pero como veis estupenda, muy recomendable, una buena muestra de una tradición gastronómica de primera línea. No en vano, ya te avisan a la entrada...



domingo, 21 de octubre de 2012

Mercado El Fontán (Oviedo)

Que en Asturias hay una magnífica cultura gastronómica y unos productos estupendos no es desde luego ninguna novedad, pero lo que (al menos para mí) ha sido una agradable sorpresa es conocer este mercado de abastos, pequeño pero muy interesante, de la ciudad de Oviedo. Las fotos no son muy buenas (las hice con el móvil) pero, paseando por las calles del Mercado El Fontán y disfrutando de tanta maravilla, no me pude resistir a hacer algunas y os las presento en este post.

El edifio es pequeño pero cómodo, con los puestos muy bien organizados en calles amplias. Al parecer data de 1885 (está declarado edificio protegido por el Ayuntamiento de Oviedo) y se rehabilitó en 1994. En este mercado se pueden encontrar prácticamente todas las maravillas que se producen y consumen en Asturias, y de las que os ofrezco una pequeña muestra en este post: estupendas verduras, un pescado excelente (qué ojos...), carne de la que no es fácil conseguir por mi tierra... y claro, una extensa gama de quesos (no me canso de decir que no tienen nada que envidiar a los franceses, pero nada-de-nada) y sus fabes, que esas sí se encuentran ya fácilmente en todas partes, pero que allí tienen un toque y una poesía especial. Cuando fuí ya era la época, así que también había una buena selección de setas frescas. Fijaos que hermosura...



















        

lunes, 30 de abril de 2012

Mercado de la Esperanza (Santander)

En Santander hay cuatro mercados de abastos pero el de la Esperanza es, según me dijeron, el más destacable, así que allí que me fui cámara en mano; me encanta visitar los mercados de las ciudades por las que paso :) Este está situado en pleno centro de Santander, justo detrás del Ayuntamiento y junto a la Iglesia de San Francisco, y quizá por eso (pero desde luego también por la sabiduría y las buenas costumbres de los santanderinos) tiene muchísima vidilla y movimiento de gente comprando por allí, al menos el día que yo fui  Me ha encantado el edificio: es grande y amplio, con fachada de piedra y estructura de hierro de estilo modernista, se construyó en 1904 y ha sido remodelado en diferentes ocasiones, la última en 2010 declarándose, ese mismo año, monumento histórico-artístico. Fijaos por ejemplo en el techo y las vigas del edificio:

El mercado de la Esperanza tiene la oferta y los puestos destacables de todo buen mercado en lo que a carne, legumbres al peso, o fruta y verdura se refiere: género fresco y de calidad, a buen precio, y presentado con mimo. Os dejo algunas muestras.





Pero además, en este mercado se pueden encontrar puestos muy especiales y destacables de dos de las joyas de esta ciudad y esta provincia: su industria conservera y su lonja de pescado. Con lo primero he alucinado, la oferta es de magnífica calidad y muy variada, me llevé todo lo que pude, fijaos:



Por cierto, no dejéis de pasar por el puesto de esta última foto. No me quedé con el número, pero su dueña (la veis a la derecha) nos atendió con gracia y sabiduría, estupendamente, explicando sin prisas y con detalle cómo elegir, diferenciar y conservar las anchoas, y nos llevamos (que es de lo que se trataba, claro, pero qué arte y qué gracia, para que luego digan que los santanderinos son estiraos....) unas que, según ella, son las que adquiere la Casa Real. No sé si será verdad, pero eran de una calidad que quita la respiración, y cuando vuelva por allí (que lo haré en cuanto pueda) me iré del tirón a este puesto.

Pero con lo que verdaderamente he disfrutado en mi visita al Mercado de la Esperanza es con el pescado: abundante, fresco, precioso, y variadísimo. El tamaño del rape y del resto de los bichos no se aprecia en la foto, pero...





Me ha llamado especialmente la atención encontrar pescado que conocía pero que no es habitual en los mercados del Sur de España (el bonito, el cabracho... fijáos qué pinta), y sobre todo pescado raro, que no había visto nunca. Bueno es raro para mí, imagino que los cántabros pensarán lo mismo cuando se den un garbeo por nuestros mercados, claro. Como había bastante gente comprando (olé! :D como debe de ser) no me paré a preguntar nombres, pero fijaos que pescados:


  





No se aprecia (lógicamente) en la foto, pero estas cigalas ¡estaban vivas! Lo consigen transportándolas individualmente en el invento que veis más abajo.



Reconozco y me disculpo por mi ignorancia, pero la verdad es que no conocía los magníficos quesos que hay en Cantabria, y que en el Mercado de la Esperanza se pueden comprar, en algunos puestos además te los envasan al vacío, así que no hay excusa. Me ha encantado sobre todo el queso picón.... qué maravilla, menudo descubrimiento.

  
Después de buitrear por el de la Esperanza me queda la misma sensación de siempre: es una delicia darse una vuelta por los mercados. Te dan el tono y el toque de la ciudad, son un fiel reflejo de su estilo y saber hacer, que en Santander es mucho.
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