lunes, 1 de agosto de 2011

Tortillitas de camarones

Todo un clásico de la cocina gaditana, especialmente típico de los magníficos bares de Sanlúcar de Barrameda. Es una receta bien simple que sólo tiene un par trucos (todos sencillos, excepto uno) y una curiosa particularidad: a pesar de su nombre, no lleva huevo. La receta que subo no es la más ortodoxa, espero que si me lee algún gaditano me perdone, pero es la que gusta en casa, la que hago y, por tanto, de la que puedo responder. La experiencia me dice que las tortillitas de camarones son como las pipas: empiezas y ....


Esta maravilla no lleva como os digo huevo pero sí (evidentemente) camarones, y aquí es donde viene el truco complicado, al menos fuera de esta esquinita del país: los camarones no deben estar cocidos sino crudos. En los mercados de Cádiz que yo conozco (El Puerto de Santa María, Sanlúcar, Cádiz) y, a veces, en el del Carmen de Huelva, es fácil encontrar sentados en una silla de madera a señores pero, sobre todo, a señoras, con un cubo bien hermoso lleno de camarones vivos, dando saltitos, que te venden por vasos y te sirven en una bolsita. Y esto es lo suyo, ni lo intentéis con camarones ya cocidos.

Hay que picar fino (pero fino, muy fino, usad picadora o Thermomix si tenéis) ajo, cebolla y perejil, y mezclarlo con harina. Este es otro truco de esta receta: lo suyo es usar a partes iguales harina de trigo y de garbanzo, aunque es cierto que esta última tampoco en fácil de conseguir. Yo alguna vez que no he tenido he usado sólo harina de trigo de repostería y el resultado es muy bueno, pero no igual a si se dispone de harina de garbanzo, la cosas como son. Mezclamos la picada (casi líquida, si es posible) con las dos harinas y los camarones (si están vivos empiezan a saltar de la masa, ojo), un poco de sal y agua hasta conseguir la consistencia que nos interesa: (Por cierto, ¿reconocéis los delantales??? Sí, son mis pinches, me han ayudado con esta receta :D)




La receta ortodoxa es muuuuy líquida, y permite obtener unas tortillitas finas, crujientes, irregulares, riquísimas, que son las que nos podemos tomar por los bares de esta zona de Cádiz. Espero que ningún gaditano se ofenda, pero cuando las hacemos en casa preferimos un resultado un pelín menos fino, de tortillitas como de medio centímetro, duritas pero con un punto un poco blando, que retiene mejor (en nuestra opinión) el saborcillo de los camarones. No deja de ser una cuestión de gusto, y ya está.
Ahora toca freírlas, en aceite muy caliente, dejando caer en éste una cucharada colmada de esta masa semi-líquida y dándole la vuelta cuando proceda (será pronto) hasta conseguir tortillitas doradas y exquisitas. Como siempre que se fríen masas más o menos planas a base de harina (estas tortillitas, crepes, sopaipas...) la primera nunca sale bien y hay que prescindir de ella. No sé cuál es la explicación, quizá tenga que ver con que el aceite está aún crudo, pero es así. Pasamos de la primera y, a partir de ahí, nos salen unas tortillitas (o lo que estemos friendo) magníficas, que pasaremos a un plato o una fuente con papel absorvente para que nos queden como deben, crujientes, sin exceso de aceite, estupendas.

De ahí directamente a la mesa y a la barriga, que esta receta, como todos los fritos, no entiende de esperas: está cuando está, y ese es el momento de comérselo, no el que nos convenga a nosotros. Ahora que nadie nos oye: dejáos de remilgos y coméos las tortillitas de camarones sin cubiertos y con las manos, a pellizcos.... :) 


       

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...