Para gustos los colores, pero no entiendo que haya a quien no le gusten las verduras. A mí me vuelven loca, son la parte central de mi dieta y me las zampo con la tranquilidad de que, además de buenísimas, están cargadas de propiedades y son una apuesta segura para la salud. En concreto los brócolis son de esas verduras poco valoradas pero que, bien tratadas, resultan una delicia y dan mucho juego. En esta entrada os cuento una de las muchas maneras que hay de hacerlos y que, a mí, me priva. Gratinados al horno con bechamel y queso rallado.
Como siempre lo suyo es usarlos frescos y, si es posible, comprados en un mercado, que es donde se deben comprar las verduras. Pero por si acaso se me antojan a destiempo, siempre tengo una bolsa de brócolis congelados, que no quedan mal y dan el avío. Si son frescos basta con sacar los brotes con un cuchillo y hacerlos al vapor, si están congelados seguid el tiempo que marque en el paquete pero quitando un par de minutos, porque esta receta va al horno y ahí es donde se deben terminar de hacer. Se quedan así de hermosos y apetecibles.
Como siempre lo suyo es usarlos frescos y, si es posible, comprados en un mercado, que es donde se deben comprar las verduras. Pero por si acaso se me antojan a destiempo, siempre tengo una bolsa de brócolis congelados, que no quedan mal y dan el avío. Si son frescos basta con sacar los brotes con un cuchillo y hacerlos al vapor, si están congelados seguid el tiempo que marque en el paquete pero quitando un par de minutos, porque esta receta va al horno y ahí es donde se deben terminar de hacer. Se quedan así de hermosos y apetecibles.
Luego el asunto es tan complicado como darles una vuelta con un poco de ajo, sal, y pimienta negra recién molida y hacer aparte una bechamel, esa sencilla pero la mar de agradecida salsa que vale para casi todo, aquí explico cómo hacerla sin el inconveniente de los grumos. Sólo queda napar con ella los brócolis y cubrirlos con algún queso noble. Las bolsitas que nos venden son cómodas y dan el avío, pero nada como un buen trozo de queso rallado directamente encima del asunto; el parmesano es sin duda el mejor para esto pero es caro, Anna Mayer me descubrió el buen resultado que da el parma granna, más económico y exquisito. También quedan de lujo con mozzarella en bola troceada sin miramientos (¡y en cantidad!) sobre la bechamel. Le damos unos minutos de horno gratinando, hasta que los brócolis estén como deben, dorados, ligeramente crujientes... eso se ve. Y a comer :) Vitaminas para el cuerpo, y una delicia para el paladar.
Me llevo tú receta a cambio me quedo de seguidora y volvere a visitarte. Un saludo desde Almería
ResponderEliminarAinssss!!! qué rico, Susana!!!
ResponderEliminarTengo un problemilla con el colesterol (manda huevos... porque no como nada de grasa, no me gusta pero... es una linda herencia que me deja los genes de mi querido padre), así que el queso que tanto me gusta, he de racionarlo muy bien en mi dieta para seguir disfrutándolo en la medida justa.
Muy rico este plato!!! Cuando hago una doble sesión de nado, y necesito los hidratos de la pasta, me encanta mezclarla en la sartén con con brócoli, ajito y piñones (la pasta negra es la que más me gusta para este plato).
Está güensímo!!!
Bss!
manuela-
Trini, bienvenida! Yo también me asomaré de vez en cuando por tu blog (cocina-trini.blogspot.com).
ResponderEliminarManuela, yo este plato lo he hecho algunas veces sin queso y te aseguro que queda my bien. La bechamel la puedes hacer sin mantequilla y con leche baja en nata, pero te quedará sabrosísima si juegas con el ajito y la cebolla, por un lado, y con las especias, por otro. Vamos, que no renuncies a tomarlo si te gustan las brócolis! Yo nunca las había hecho con pasta, como tu nos cuentas, pero desde luego van a caer dentro de poco... :D