Calabacines (y compañía) al wok

Hace ya unos años que mi hermana Mamen, sabiendo como sabe lo que me gusta la cocina, me regaló un wok y, desde entonces, me dió por trastear e investigar para sacarle partido. Me queda muchísimo por aprender (de hecho, Anna Mayer está organizando últimamente talleres de cocina asiática y, desde luego, el próximo invierno van a caer un par de ellos) pero mientras tanto vengo probando, leyendo, inventando, equivocándome y acertando en esto de cocinar con wok. Lo poco que he sacado en claro es que se trata de una técnica de cocción diferente, que contradice algunas de las cosas que tenemos muy asumidas en la cocina occidental, y que da un resultado especialmente bueno con arroces y pastas orientales (ya prepararé alguna entrada con ellos), y sobre todo (en mi opinión, claro) con las verduras. Los salteados al wok quedan estupendos y son muy sencillos de hacer, como este que os subo en esta entrada, a base de calabacines y otras cosillas. Os cuento aquí un par de trucos que he aprendido (a base de leer y, sobre todo, de trastear e inventar), y que permiten hacer salteados de verdura que quedan jugosas, al dente, muy ricas. Espero que os guste y, sobre todo, si alguien tiene vicio cocinando con wok, por favor que opine y sugiera, para que los demás aprendamos.

A mí me gusta mucho hacer al wok un salteado a base principalmente de calabacines y una mezcla de otras cosillas (hoy he usado cebolleta, pimiento verde, tomate, maiz y brotes de soja), normalmente también me gusta mucho añadir zanahoria, pero hoy no tenía así que.... 

Hay que prepararlo todo (menos el maiz y la soja, claro) cortado en una juliana pero no demasiado fina, porque a mí me gusta que queden enteritos y al dente. Vaya por delante que este tipo de salteados en los restaurante orientales van con la verdura mucho más fina, y supongo que eso será lo suyo, pero es que a mí me gusta así :) Además de por esto, hay que cuidar el corte de las verduras porque la idea es cocinarlas todas a la vez y en fuego fuerte, a pelo, y como cada una tiene un punto de cochura distinto pues conviene dejar un poco más finas las más duras y algo más gorditas las que se hacen en un pis-pas. He probado a incorporarlas al wok "por tandas", según su dureza, y la cosa no queda igual. Así que la idea es bien sencilla: en el wok previamente "mojado" desde los bordes con un hilo no demasiado abundante de aceite (aquí me planto: una cosa es la cocina oriental y otra muy distinta sus aceites... yo uso el de oliva), y cuando esté bien caliente y echando humo (otra diferencia con nuestra forma de cocinar), añadimos toda la verdura a la vez y la empezamos a marear sin parar en el wok, sólo un par de minutos, hasta que veamos que la verdura está al dente. 

En ese punto apagamos el fuego y añadimos un chorreón generoso de salsa de soja. Este es otro mundillo parecido al de los vinagres, cada salsa de soja es diferente y da un resultado distinto; a mí me gusta la Kikkoman (es la que ponen en los restaurantes japoneses -¡aunque se hace en Holanda!- y es fácil de encontrar) pero sólo he probado 3 ó 4 tipos, tendré que seguir trasteando. Lo que sí he comprobado es que si se añade la salsa de soja en caliente el resultado es distinto, yo lo prefiero fuera del fuego.

Y listo, ¡a comer! Este salteado (o bien otros primos hermanos) es muy jugoso y resultón él solito, pero también acompaña estupendamente como guarnición otros platos. Espero que os guste, y lo dicho, si hay por ahí algún seguidor o seguidora aficionado a la cocina asiática, por favor que me-nos ayude a ir sacándole cada vez más partido al wok :)