Los que seguís este blog sabéis que defiendo con uñas y dientes la cocina tradicional, pero que también me gusta experimentar con recetas e ingredientes de otros sitios. Digo yo que una cosa no tiene nada que ver con la otra ¿no? Me parece interesante la idea de aprovecharse de las cosas y las tradiciones que merecen la pena de otras culturas: todo lo que sea bueno, rico y sano (y razonablemente sencillo, claro, sin complicarnos la vida) desde luego lo quiero para mi. De las cosillas que he tenido ocasión de probar hay algunas que me han gustado especialmente y que han acabo formando parte de mi despensa; hoy os cuento una receta con algunas de ellas: los fideos orientales (sobre todo los de arroz o bien los de hoy, que son de una mezcla de arroz y soja), la salsa de soja y, recientemente, las semillas de lino. Descubrí cómo usar estas últimas (y así meterme entre pecho y espalda sus muchísimas propiedades) gracias a mi hermana Mamen. No es por quitarle mérito a mi hermana, pero la verdad es que el asunto es de lo más sencillo: como estas semillas son tan pequeñas, basta con incorporarlas sin que os tiemble el pulso a muchas de las cosas que normalmente comemos: un pellizco al yogur, o a una ensalada, o a cualquier potaje.... No os vais a dar ni cuenta y, si bicheáis por la red, vais a ver lo que va en ese pellizco.... Un gran descubrimiento, gracias Mamen :)
Pero volvamos a la receta. He troceado unos filetes de pechuga de pollo y los he tenido macerando en salsa de soja, semillas de lino y ajo muy muy fino (he usado el prensa-ajos) un buen rato. Mientras tanto he cocido al vapor brócoli; es que no me canso nunca de esta verdura, qué rica está, qué sanísima es y qué juego da.
En el wok (si no tenéis compraos uno, que merece la pena) le he dado un golpe de calor a más ajos espachurrados con el prensa-ajos en un fondo de aceite de oliva, he salteado ahí el brócoli un poco añadiendo sal (pero sin pasarse, que con la salsa de soja ya vamos bien servidos) y pimienta negra recién molida, luego he incorporado la pechuga con la salsa de maceración (que os recuerdo que lleva salsa de soja, ajo y semillas de lino), le he dado dos vueltas y media, y he añadido los fideos orientales, mareando el asunto un rato. Y luego al plato directamente, y de allí a la barriga :)
HOLAAA ..tienes razón el WOK es increible que sabor le da a las verduras , esta receta es muy rica ...bsss MARIMI
ResponderEliminarMuy rico reina, los brócoli me gustan mucho y así con estos fideos, buenísimos que te han quedado, besitos
ResponderEliminarEstoy contigo la tradición no tiene que ir en contra de las nuevas experiencias. Todo tiene su parte positiva si uno la sabe buscar
ResponderEliminarpues me parece superinteresante lo de las semillas, las incorporo, que seguro son buenas para el sistema inmunitario. Me encantan los platos orientales y éste te ha quedado de lo más apetitoso. Gracias, un beso¡
ResponderEliminarPues a mí me encanta la comida de todos los lados!, quizás especialmente la asiática ;) y siempre por delante va lo nacional, también suele ser por el tema de ingredientes, que para hacer comida "exótica" te tienes que ir a tiendas especializadas para conseguir algunas cosas.
ResponderEliminarLas semillas de lino no las he probado nunca, a ver si algún día me atrevo...
me encantan estos fideos!
ResponderEliminarTodo lo que sea oriental ya me gusta de entrada... Pero esta combinación suena de maravilla! La probaré enseguida!
ResponderEliminarVoy a copiar tu receta. Me encantan los sabores orientales pero normalmente los como fuera de casa. Supongo que es cuestión de costumbre ir incorporándolos a la dieta habitual. Ya tengo el wok, aunque casi sin estrenar, así que voy a hacer la lista de la compra y ya te contaré.
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