O, si queréis, llamadlos buñuelos de bacalao... pero por aquí abajo es más habitual lo de "tortillitas". Se llame como se llame la idea es la misma: una masa a base de harina y agua, enriquecida con cebolla, ajo y perejil, con algún elemento que le dé nobleza (hoy bacalao, pero... la imaginación al poder), y con alguna cosa más ;D) Me gusta utilizar migas de bacalao y desalarlas (ya sabéis, 48 horas dentro de la nevera y en agua, cambiándola al menos tres veces), y picarlas (suelo usar el artilugio ese tan útil que viene con la batidora, pero igualmente se puede hacer a cuchillo) con la verdura y el perejil (¡mucho!!!!!) aunque sin insistir al picar, porque prefiero que queden trocitos de todo y encontrármelos luego ;D) ¿Cantidades? Ni idea, a ojo, pero a mí me gusta que haya aproximadamente la misma cantidad de bacalao que del resto (cebolla+ajo+perejil), aunque esto es una manía mía muy personal y, seguro, muy poco ortodoxa. Quizá deba haber más bacalao, pero... a mí me gusta así. A esa mezcla no le añado sal (por muy bien que se haya desalado el bacalao... nunca se sabe, y además siempre hay tiempo de rectificar luego) pero sí un golpe de preparado para paella (en vez de colorante alimentario sin más, al menos este tiene algo más de azafrán) o, mejor, cúrcuma. En ambos casos, lo añado por aquello del color amarillo tan agradable... Queda esto:
Luego añado harina y líquidos. ¿Que cuánta harina? Pues depende... desde luego mejor mientras más "condumio" haya en la masa, pero lo bueno de esta receta es que se puede alargar si a última hora hay comensales inesperados (¿a que a todos os pasado alguna vez?), porque añadiendo algo más de harina y líquido obtenemos algunas tortillitas más sin perder demasiado sabor. En cuanto a los líquidos, yo no uso huevo (ni tampoco ningún impulsor, como bicarbonato o levadura química, tipo Royal), prefiero añadirle un golpe de cerveza, y agua hasta lograr la consistencia que se quiera. Si lo que buscáis son buñuelos más enteros y redondos usad menos líquido, si preferís tortillitas más planas, pues más líquido. Jugad con la combinación que más os guste o que mejor os venga. Probad por si hiciera falta añadir sal, y listo.
Me gusta dejar esta masa reposando un rato y luego freírla a cucharadas en aceite de oliva bien caliente; antes suelo aromatizarlo con un ajo espachurrado con su piel. Ya sabéis que en este tipo de frituras la primera suele salir mal, pero luego... Cucharada a cucharada vais a obtener una auténtica fiesta de tortillitas deliciosas. Y a ser posible olvidaos del tenedor, ponedlas en un plato o una fuente al centro y que el personal las coja con los dedos... nada como comer con las manos :D
Estas tortillitas son uno de los bocados más ricos que hay según mi modesta opinión. Como más me gustan son de bacalao, aunque es cierto que se pueden hacer de mil cosas más, la imaginación al poder si, pero de momento vamos a comernos éstas.
ResponderEliminarUn beso.
qué buenísimas tienen que estar!!!!
ResponderEliminarbesos,